lunes, 17 de septiembre de 2007

Wulfgar / Yvonnel Baenre

Wulfgar fue miembro de la tribu bárbara de Elk cuando era un muchacho. En la guerra entre los bárbaros y la gente de las Diez Ciudades el enano Bruenor Battlehammer apartó a Wulfgar, que no estaba muerto, y lo condenó a cinco años y cinco días a su servicio en intercambio por su vida. De este modo lo salvó de la gente de Diez Ciudades, que rajaba las gargantas de los bárbaros caídos en combate.

Wulfgar se ocupó durante años de la fragua y durante ese tiempo cambió su opinión respecto de Bruenor, dejándolo de ver como un esclavista a verlo como un padre. Bruenor realizó para Wulfgar su última y más grandiosa obra, el martillo de combate Aegis-fang, un martillo mágico de Mithril, que volvía a la mano de Wulfgar cuando lo llamaba.

Cuando la sentencia de Wulfgar estaba por finalizar, Bruenor pide a Drizzt Do'Urden que enseñe a Wulfgar cómo luchar. A partir de entonces, ambos se convertirán en grandes amigos y Wulfgar en un grandísimo luchador, con una fuerza sobrehumana capaz de destrozar cráneos con solo sus manos. Sus más de dos metros de estatura y su poderosa musculatura hacen de él un rival temible.

Wulfgar aprecia por encima de todo a sus amigos y por ello no dudó en enfrentarse a demonios del abismo para salvarlos. En su lucha con uno de estos demonios fue derrotado y enviado al abismo durante años, donde sufrió castigos inimaginables. El peor de todos esos castigos era el pensar que sus amigos creían que había muerto. Al final sus amigos consiguen liberarle de su encierro, pero los daños causados por tanta tortura consiguen hacer mella en él y su comportamiento hacía sus compañeros desde entonces cambia radicalmente, en especial con respecto a Drizzt, al que ve como un rival en su lucha por el amor de Catti-brie.

En un esfuerzo de parar el daño que hacía, Wulfgar se aleja de sus compañeros. Vagó por el norte durante una época, empleándose en una taberna llamada The Cutlass, cuyo propietario era Arumn Gardpec. Wulfgar cuidaba la barra de Arumn, pero poco a poco se entregó a la bebida. A partir de ese momento empieza a conocer a gente indeseable que le lleva por el mal camino hasta el punto que le roban su martillo. Arumn se ve obligado a despedir al bárbaro y entonces Wulfgar se decide a recuperar el martillo con la ayuda de su amigo el ladrón, Morik el Rufian. Wulfgar terminó recuperando el martillo con la ayuda de sus viejos amigos, venciendo a sus demonios sin la ayuda del alcohol, y se ha establecido junto con su esposa, Delly Curtie, y su hija adoptiva, Colson.

La Madre Matrona Yvonnel Baenre era la más poderosa de todas la matronas de Menzoberranzan, por ello dirigía la Primera Casa en la jerarquía drow. Era considerada una anciana incluso entre los estándares drow. Mientras que la mayoría de los drow conservan su aspecto joven durante la mayor parte de sus vidas, la matrona Baenre ha degenerado a través de su larga e ilustre vida. Su cara, marcada con numerosas y profundas arrugas y su pelo fino, le daban un extraño aspecto de fantasma.

En su mano izquierda usaba un gran anillo de oro con un zafiro enorme en su centro. La banda de oro estaba encantada mágicamente para ajustarse y envolver el dedo de la madre matrona como si estuviera vivo y el zafiro contenía una araña viuda negra mágica. El anillo estaba encantado para actuar como anillo de control del arácnido. En su mano derecha ella usaba un anillo pequeño hecho del diente de un enano de la montaña. El anillo contenía el alma atrapada y atormentada de un rey de los enanos de la montaña que se aventuró demasiado cerca de Menzoberranzan. Fue capturado y sacrificado a Lloth y el alma del rey fue atrapada dentro del anillo. Ese enano era antepasado de Bruenor.

El anillo ahora funciona como antiveneno y con cada uso el alma se acerca un paso más a su descanso final, un pensamiento que descontentaba a la madre matrona Baenre.
La madre matrona también lleva un bolso pequeño con 25 arañas minúsculas de onyx . Con solo echar estos artículos y pronunciar la palabra del mando, las arañas de ónice se convierten en arañas enormes completamente bajo el control de la matrona Baenre. La matrona Baenre llevaba con facilidad su personalidad arrogante, si alguna vez sintió algún tipo de miedo, los había olvidado hacía tiempo. La matrona Baenre creció cansada de la mayoría de los placeres físicos tanto que ella dedicaba su tiempo solo a los placeres de la intriga política. Promovió abiertamente la rivalidad dentro de Menzoberranzan y parecía absorber la energía (quizás la vida) del caos resultante. Sintiéndose segura al ser la madre matrona de la Primer Casa, llevó su ambición a lo máximo. Yvonnel Baenre finalmente fue vencida y muerta por Bruenor Battlehammer al final de la invasión a Mithril Hall.

5 comentarios:

Horus dijo...

La historia de Wulfgar medio la conocía de tanto oirte decir que le habían robado su martillo.
La bruja me suena a la tía esa asquerosa que salía en la peli de Robin Hood de Kevin Costner, que más que miedo daba un asco....

Anónimo dijo...

Me estoy enganchando jajaja Tú eres el culpable de mis adicciones!! Reza para que no te demande.
Totalmente de acuerdo con Horus, la matrona esta parece una pieza de cuidado XD
1beso!

Angelica Black dijo...

Que puedo decir...?
Encontré de casualidad este blog y menudo descubrimiento! Es simplemente genial, me gusta el toque que tiene de verdad.
Volveré a visitarte
un besito

luis f. lópez dijo...

Joe me quedo con la historia de Wulfgar. Es algo parecido a Conan jeje. Y te lo imaginas así con el martillo de guerra...
De la vieja esa creo recordar que me contaste que la forma en que la matan es brutal XD

Artemis dijo...

Horus> la verdad es que Yvonnel es bastante bruja y retorcida como ella sola.

Lost> demándame si quieres. Llamaré a mi abooogaaaadooooo, sal ratita quiero verte la colita jajajajjajajaja.

Angelica> me alegro de que te guste y pásate siempre que quieras.

Rain> sí, la vieja mola mucho como muere jajajajjjaja. Wulfgar sí que tiene un aire a Conan, pero es aun mas borrico, porque con el martillo hace estragos.

Gracias a todos por los comentarios.