jueves, 27 de septiembre de 2007

Compañeros de batalla

"…..De pronto, Wulfgar detuvo a Drizzt con un ademán y le indicó que se estuviera quieto. La intangible calidad de un verdadero guerrero, ese sexto sentido que le permite percibir un peligro oculto, había entrado en acción. Con gran lentitud, el bárbaro se volvió hacia la puerta cerrada y alzó a Aegis-fang por encima de la cabeza. Se detuvo un instante y aguzó el oído a la espera de percibir algún sonido que confirmara sus sospechas. El silencio era absoluto, pero Wulfgar confiaba en su instinto. Se encomendó a Tempos y lanzó el martillo, que, con un tremendo estruendo, golpeó en la puerta y la derrumbó…junto con Biggrin.
La sangre fluía a raudales por un lado de la cabeza del gigante, pero el duro cráneo había conseguido resistir el golpe. Drizzt y Wulfgar observaron incrédulos como el enorme gigante de escarcha sacudía la cabeza y se incorporaba para enfrentarse a ellos.

-No es posible que pueda hacerlo- protestó Wulfgar.
-Ese gigante es muy tozudo- dijo el elfo con un encogimiento de hombros.
El bárbaro esperó a que Aegis-fang retornara a su mano y luego se encaró a Biggrin junto con el drow.
El gigante permanecía en el umbral de la puerta para impedir que ninguno de sus enemigos la franqueara, pero Drizzt y Wulfgar avanzaban confiados. Los tres intercambiaron miradas de odio mientras se estudiaban.
-Tú debes ser Biggrin- dijo Drizzt, con una ligera reverencia.
-Así es- proclamó el gigante-¡Biggrin! El último enemigo que verán tus ojos.
-Tan confiado como tozudo- intervino Wulfgar.
-Pequeño humano- replicó el gigante-¡He derribado a un montón de los tuyos!
-Motivo de más para matarte- sentencio Drizzt con calma.
Con una velocidad y ferocidad que sorprendió a sus dos adversarios, Biggrin hizo un amplio barrido frontal con su enorme hacha. Wulfgar se echó hacia atrás para salir de su trayectoria y Drizzt se las arregló para agacharse, pero el drow tragó saliva al ver que la hoja del hacha arrancaba un pedazo de piedra de gran tamaño del muro.

En cuanto el hacha hubo pasado por delante de él, Wulfgar contraatacó y golpeó a Biggrin en el pecho con Aegis-fang. El gigante frunció el entrecejo pero resistió el dolor.
-Tendrás que darme golpes más fuertes que ése, hombre miserable- gritó mientras volvía a hacer un barrido a la inversa por la parte plana del hacha.
De nuevo, Drizzt consiguió agacharse a tiempo, pero Wulfgar, cansado como estaba, no consiguió apartarse con la suficiente rapidez y, aunque consiguió alzar a Aegis-fang, la terrible fuerza del arma de Biggrin lo lanzó contra el muro, y cayó al suelo.
Drizzt comprendió al instante que tenían problemas. Su brazo izquierdo estaba inutilizado, sus reflejos se habían hecho más lentos por el cansancio y este gigante era demasiado poderoso para que él pudiese esquivar sus golpes. Mientras el monstruo se recuperaba para un próximo ataque, logró desenfundar una de las cimitarras y luego echó a correr hacia el pasadizo principal
-¡Corre, perro negro!- aulló el gigante- Iré tras de ti y te tumbaré- Echó a correr tras él, olfateando ya la matanza.
-¿Dónde te ocultas?- se burló Biggrin mientras introducía su enorme cuerpo en el corredor.
-¡Vamos, perro miserable! ¡No puedes huir a ninguna parte!...."

Fragmento extraído de La Piedra de Cristal.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Wulfgar / Yvonnel Baenre

Wulfgar fue miembro de la tribu bárbara de Elk cuando era un muchacho. En la guerra entre los bárbaros y la gente de las Diez Ciudades el enano Bruenor Battlehammer apartó a Wulfgar, que no estaba muerto, y lo condenó a cinco años y cinco días a su servicio en intercambio por su vida. De este modo lo salvó de la gente de Diez Ciudades, que rajaba las gargantas de los bárbaros caídos en combate.

Wulfgar se ocupó durante años de la fragua y durante ese tiempo cambió su opinión respecto de Bruenor, dejándolo de ver como un esclavista a verlo como un padre. Bruenor realizó para Wulfgar su última y más grandiosa obra, el martillo de combate Aegis-fang, un martillo mágico de Mithril, que volvía a la mano de Wulfgar cuando lo llamaba.

Cuando la sentencia de Wulfgar estaba por finalizar, Bruenor pide a Drizzt Do'Urden que enseñe a Wulfgar cómo luchar. A partir de entonces, ambos se convertirán en grandes amigos y Wulfgar en un grandísimo luchador, con una fuerza sobrehumana capaz de destrozar cráneos con solo sus manos. Sus más de dos metros de estatura y su poderosa musculatura hacen de él un rival temible.

Wulfgar aprecia por encima de todo a sus amigos y por ello no dudó en enfrentarse a demonios del abismo para salvarlos. En su lucha con uno de estos demonios fue derrotado y enviado al abismo durante años, donde sufrió castigos inimaginables. El peor de todos esos castigos era el pensar que sus amigos creían que había muerto. Al final sus amigos consiguen liberarle de su encierro, pero los daños causados por tanta tortura consiguen hacer mella en él y su comportamiento hacía sus compañeros desde entonces cambia radicalmente, en especial con respecto a Drizzt, al que ve como un rival en su lucha por el amor de Catti-brie.

En un esfuerzo de parar el daño que hacía, Wulfgar se aleja de sus compañeros. Vagó por el norte durante una época, empleándose en una taberna llamada The Cutlass, cuyo propietario era Arumn Gardpec. Wulfgar cuidaba la barra de Arumn, pero poco a poco se entregó a la bebida. A partir de ese momento empieza a conocer a gente indeseable que le lleva por el mal camino hasta el punto que le roban su martillo. Arumn se ve obligado a despedir al bárbaro y entonces Wulfgar se decide a recuperar el martillo con la ayuda de su amigo el ladrón, Morik el Rufian. Wulfgar terminó recuperando el martillo con la ayuda de sus viejos amigos, venciendo a sus demonios sin la ayuda del alcohol, y se ha establecido junto con su esposa, Delly Curtie, y su hija adoptiva, Colson.

La Madre Matrona Yvonnel Baenre era la más poderosa de todas la matronas de Menzoberranzan, por ello dirigía la Primera Casa en la jerarquía drow. Era considerada una anciana incluso entre los estándares drow. Mientras que la mayoría de los drow conservan su aspecto joven durante la mayor parte de sus vidas, la matrona Baenre ha degenerado a través de su larga e ilustre vida. Su cara, marcada con numerosas y profundas arrugas y su pelo fino, le daban un extraño aspecto de fantasma.

En su mano izquierda usaba un gran anillo de oro con un zafiro enorme en su centro. La banda de oro estaba encantada mágicamente para ajustarse y envolver el dedo de la madre matrona como si estuviera vivo y el zafiro contenía una araña viuda negra mágica. El anillo estaba encantado para actuar como anillo de control del arácnido. En su mano derecha ella usaba un anillo pequeño hecho del diente de un enano de la montaña. El anillo contenía el alma atrapada y atormentada de un rey de los enanos de la montaña que se aventuró demasiado cerca de Menzoberranzan. Fue capturado y sacrificado a Lloth y el alma del rey fue atrapada dentro del anillo. Ese enano era antepasado de Bruenor.

El anillo ahora funciona como antiveneno y con cada uso el alma se acerca un paso más a su descanso final, un pensamiento que descontentaba a la madre matrona Baenre.
La madre matrona también lleva un bolso pequeño con 25 arañas minúsculas de onyx . Con solo echar estos artículos y pronunciar la palabra del mando, las arañas de ónice se convierten en arañas enormes completamente bajo el control de la matrona Baenre. La matrona Baenre llevaba con facilidad su personalidad arrogante, si alguna vez sintió algún tipo de miedo, los había olvidado hacía tiempo. La matrona Baenre creció cansada de la mayoría de los placeres físicos tanto que ella dedicaba su tiempo solo a los placeres de la intriga política. Promovió abiertamente la rivalidad dentro de Menzoberranzan y parecía absorber la energía (quizás la vida) del caos resultante. Sintiéndose segura al ser la madre matrona de la Primer Casa, llevó su ambición a lo máximo. Yvonnel Baenre finalmente fue vencida y muerta por Bruenor Battlehammer al final de la invasión a Mithril Hall.

martes, 11 de septiembre de 2007

Primer encuentro

“…Catti-brie percibió el peligro en cuanto se acercó a la puerta y vio la forma oscura que saltaba a su lado. Pero, por rápida que fuera su reacción, no consiguió siquiera desenvainar su daga antes de que los delgados dedos de una mano helada le cerraran la boca, ahogando un grito, y el extremo afilado de una daga de pedrería trazara una fina línea en su garganta. Estaba atónita y aterrorizada. Nunca había visto a un hombre moverse con tanta rapidez, y la mortífera precisión de la embestida de Entreri la acobardaba. Una súbita tensión en los músculos del hombre la convenció de que si persistía en desenfundar su arma, estaría muerta antes de poder utilizarla, así que, tras soltar la empuñadura, no hizo movimiento alguno de resistencia.
La fuerza del asesino también la sorprendió, al ver con qué facilidad la levantaba para sentarla en una silla. Era un hombre delgado como un elfo y apenas más alto que ella, pero todos los músculos de su sólida figura estaban entrenados hasta el límite de su capacidad de lucha. Su mera presencia exhalaba un halo de fuerza e imperturbable confianza en sí mismo, lo cual no hacía más que aumentar el temor de Catti-brie, porque no se trataba de la tosca seguridad de un joven impetuoso, sino del frío aire de superioridad de aquel que ha asistido a miles de batallas y siempre ha podido contarlo…”

“…Enseguida percibió el burlón roce del extremo afilado sobre su piel, suave y vulnerable, mientras Entreri giraba lentamente la mano. La daga tentadora. La promesa, la danza de la muerte. Luego dejó de sentirla. Catti-brie abrió los ojos justo a tiempo para ver como la pequeña daga desaparecía en la funda que colgaba de la cadera del asesino. El hombre dio un paso hacia atrás.
-Ya ves-dijo, como simple explicación de su clemencia-. Mato sólo a aquellos que se atreven a oponerse a mí. Tal vez tres de tus amigos que van camino de Luscan puedan escapar a mi espada. Yo sólo quiero al halfling.
Catti-brie intentó disimular el horror que la embargaba y, manteniendo la voz firme, respondió con frialdad:
- Los subestimas. Lucharán contra ti.
- Entonces, morirán también- replicó Entreri, con voz tranquila y confiada.
Catti-brie le escupió al rostro, sin temer las consecuencias. El hombre respondió con una bofetada con el revés de la mano. Catti.brie sintió que le ardían los ojos por el dolor y que las lágrimas estaban a punto de fluir; luego cayó en una profunda oscuridad. Pero, a medida que se sumía en la inconsciencia, oyó durante breves segundos cómo la carcajada cruel y despiadada del asesino se perdía en la distancia mientras el hombre se alejaba. Tentadora. La promesa de la muerte."

Fragmento extraído de Ríos de Plata.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Drizzt Do'Urden / Malicia Do'Urden

Drizzt Do'Urden es un drow, conocido comúnmente como elfo oscuro. Drizzt mide alrededor de 154 centímetros y pesa cerca de 59 kilogramos. Como cualquier otro drow, la piel de Drizzt es negra y su pelo es blanco. La característica que más destaca de Drizzt, son sus ojos, que son una tonalidad de lavanda (absolutamente diferentes del rojo típico de la raza drow) y parecen brillar intensa y ferozmente cuando está enojado. Utiliza habitualmente una capa de piel verde bosque y botas altas negras, con un collar unido a una cabeza blanca de unicornio, el símbolo de su diosa, Mielikki. Han pasado muchos años desde que Drizzt se aventuró por primera vez en el mundo de la superficie, pero su visión, acostumbrada a la infraoscuridad, no se ha adaptado totalmente al brillante mundo de la superficie. Actualmente, él tiene alrededor de setenta años de edad, no lo suficiente para ser considerado un adulto para los estándares culturales de los elfos. La esperanza de vida media de un drow es entre 700 y 800 años.


Siempre calmo y compuesto, Drizzt tiene una cólera controlada dentro de él, una herencia del tiempo que pasó viviendo en la salvaje Antípoda Oscura. Mientras que ha dominado el lado de su inconsciente, conocido como "El cazador", puede invocar esa parte de su personalidad cuando se encuentra bajo presión. El "cazador" era un asesino frío, desapasionado que personificó el valor de luchador de Drizzt. Cuando no es poseído por el "cazador" Drizzt tiene la mente clara, es un pacificador, y está siempre dispuesto a evitar una lucha. El arma preferida de Drizzt son las cimitarras, y él lleva dos, llamadas Centella y Muerte Helada.

Drizzt Do'Urden nació en la décima casa noble de Menzoberranzan, Daermon Nashezbaernon . Fue el hijo de Malicia, la Madre Matrona de la casa Do'Urden, y de por aquel entonces su consorte, Zaknafein, maestro de armas de la casa Do'Urden. Como tercer hijo, estaba destinado a ser sacrificado a la diosa araña Lloth, según la tradición drow; pero la muerte "accidental" de su hermano mayor, Nalfein, a manos del 2º varón de la casa (Dinin) y justo después del nacimiento de Drizzt, le convirtió en el segundo hijo y le salvó. Ya de niño, Drizzt mostró unos reflejos increíbles. Gracias a esto, Zaknafein fue capaz de persuadir a la Matroma Malicia para que Drizzt se convirtiera en guerrero, en lugar de reemplazar a Nalfein como mago de la Casa. A los dieciséis, Drizzt comenzó su entrenamiento en las armas. Fue entonces cuando comenzó a adquirir las habilidades que le llevaron a convertirse en unos de los mejores espadachines de todo Faerún.

Después de graduarse, formó parte de una expedición a la superficie, en la que salvó a una niña elfa (los acérrimos enemigos de los drows), escondiéndola debajo del cuerpo de su madre asesinada. Sin embargo, Lloth conocía lo sucedido y retiró su favor a la Casa Do'Urden.
Desafortunadamente, las mujeres de la casa Do'Urden, descubrieron por qué la Casa había perdido el favor de Lloth. Como consecuencia, Zaknafein se ofreció a sí mismo como sacrificio para salvar a Drizzt. Este, una vez que se dio cuenta de lo que había ocurrido, abandonó la casa Do'Urden y se fue a vivir a la Antípoda Oscura.

Drizzt pasó algunos años en la Antípoda Oscura, durante los cuales adquirió la personalidad de "El Cazador. Cuando ya había vivido cuarenta años allí, Drizzt se dio cuenta de que tanto él como los que estaban a su alrededor no estarían seguros, así que decidió viajar a la superficie, donde encontró muchas adversidades debido a su raza, y finalmente se mudó al Valle del Viento Helado, dondé conoció a Catti-brie, Bruenor Battlehammer, Regis el Halfling y Wulfgar el Bárbaro.

Malicia fue la Matrona de la casa Do'Urden. Era delgada y tenía la reputación de tomar a cualquier hombre de su casa que le agradase, incluyendo a los sirvientes. Su maldad no tenía fin y sólo le importaba complacer a la Reina Araña para obtener su favor en propio beneficio. Drizzt fue su último hijo y nació el mismo día del ataque de la casa Do’Urden a la DeVir. Fue asesinada por su hija Briza según las ordenes de la Reina Araña al fallar en la misión de matar a Drizzt.

La Cueva

Acabáis de adentraros en la Antípoda Oscura, así que debéis estar con todos vuestros sentidos alerta. Una oscuridad absoluta lo rodea todo y unos simples ojos humanos no pueden ver los peligros que le acechan en cada cruce de caminos o detrás de un saliente en la roca. Cientos de criaturas te observan esperando el mejor momento para abalanzarse sobre ti y acabar contigo. Si no eres precavido te espera un muerte segura y posiblemente muy dolorosa. Todo cuanto puedes hacer es rezar o esperar que él te encuentre antes que ellos. Ha salido de su escondite y se encuentra en alguna de las miles de galerías que te rodean y te vigila al igual que tus enemigos…ellos le temen…El Cazador va en su busca.

La Cueva pretende ser un espacio para todos los amantes de la Literatura Fantástica. Aquí vais a poder conocer a todos los personajes (por lo menos los más importantes), criaturas, emplazamientos y demás aspectos interesantes de la saga del Elfo Oscuro. Además podréis leer fragmentos de todas las obras de R.A. Salvatore, creador de esta aventura plagada de fantasía, guerreros, magos, dragones, batallas, etc.

Bienvenidos a La Cueva del Drow.